Existe una idea equivocada de que los pies de los niños son simplemente más pequeños que los de los adultos, cuando en realidad están en pleno proceso de formación. Durante la infancia, los huesos del pie aún no están completamente osificados y muchos de ellos son cartílago, lo que significa que no son visibles en una radiografía.
Este desarrollo no debe ser forzado ni alterado artificialmente. La evolución ósea del pie infantil ocurre a través de un proceso llamado osteogénesis, que comienza antes del nacimiento y continúa durante la infancia. Por eso, es fundamental brindar un cuidado adecuado que respete su crecimiento natural.
Comprender estas diferencias es clave para evitar problemas futuros y fomentar un desarrollo saludable de los pies en los más pequeños.
Rubí Gutiérrez Abarca
Técnico de Nivel Superior en Podología Clínica
Máster en podología infantil
 
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